miércoles, 27 de abril de 2011

AGONÍA DEL CERRO ESPINAL


Por: Hugo Apaza Quispe

I. PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN:

La ignorancia es por demás atrevida y destructora, pero es más ominosa cuando quienes son los llamados a velar por un patrimonio cultural, contribuyen a su devastación con su desidia cómplice.
Los juliaqueños de hoy, con preocupación e impotencia venimos observando la extinción de uno de los cerros característicos de Juliaca, la misma que está llena de tradiciones, por lo que el Instituto Nacional de Cultura el día 6 de agosto de 2001 publicó la Resolución Directoral Nacional N° 663/INC (17-07-01), mediante la cual se ha resuelto Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a varios Sitios Arqueológicos del departamento de Puno y dentro de ellos a los cerros Waynarroque, Espinal y Monos. La existencia de esta norma ratifica la importancia de estos espacios arqueológicos y obliga a las autoridades locales y población en general a tener que contribuir a salvaguardar su integridad. Esto significa que cualquier proyecto de obra nueva, caminos, carreteras, canales, denuncios mineros o agropecuarios, obras habitacionales y otros que pudiese afectar o alterar el paisaje de estos sitios declarados Patrimonios Culturales de la Nación, deberá contar con la aprobación del INC y la Municipalidad. ¿Esta norma hasta cuando seguirá siendo vulnerada como muchas otras? Si aún no quieren comprender la importancia de esta elevación orográfica, les ofrecemos las siguientes reflexiones, que esperamos les quite las vendas de los ojos a nuestras autoridades y a los inescrupulosos ciudadanos.

II. IMPORTANCIA HISTÓRICA:

Los primeros pobladores humanos que arribaron al altiplano, fueron rudos cazadores cuyos vestigios nos indican que entre los años 10,000 y 3,000 a.C. practicaban una fructífera actividad de subsistencia, tal como lo demuestran los hombres de Pizacoma, Masocruz, Qelcata, Qelcatani, Tumuko, Mugachi, etc.
En nuestra localidad cuando las fuerzas productivas se consolidaban, las rivalidades se acentuaban y las batallas eran frecuentes, los qollas de antaño eligieron por morada a este legendario cerro (cerro espinal); allí se ha instalado una sede militar, religiosa, administrativa y residencial. Desde aquella atalaya los Sapana, Qolla Cápac y Chuchikápac defendieron su soberanía contra la arremetida Inka.
Siendo ya parte del Tawantinsuyo los qollaqueños (juliaqueños) encabezados por el intrépido Waynarroque, con sus permanentes sublevaciones ocasionaron permanentes crisis al Estado Inka, por lo que el Imperio tuvo que organizar una sangrienta campaña de pacificación, lo cual consistió en arrasar y liquidar las construcciones qollas de las laderas y cima del cerro espinal. Las huellas de la presencia de este santuario, ya sean murallas en ruinas, fragmentos de cerámica, piedras talladas, etc. aún se encuentran allí, esperando que algún estudioso lea el mensaje escrito con sudor y sangre hace más de 6 siglos.
Durante la Colonia aquel lugar fue iluminado con aureolas fantásticas, y fue relacionado con fabulosos tesoros jesuíticos.

III. IMPORTANCIA ECOLÓGICA:

Uno de los mensajes universalmente reconocidos es el de proteger el medio ambiente de cualquier tipo de depredación y contaminación. Este fenómeno de nuestro relieve, tiene la denominación de Cerro Espinal debido a que allí, en un pequeño espacio del sector norte, ha logrado adaptarse una variedad de espinos exóticos que atiza nuestra curiosidad. Este pequeño bosque de espinas sirve de hábitat a miles de animales pequeños, como aves (pájaros), batracios, insectos, roedores, etc. que al igual que el ser humano tienen derecho a la vida.
La presencia de esta elevación orográfica contribuye también en mejorar el clima del medio ambiente local, y logra amortiguar las agresiones de los vientos que son característicos en nuestro medio.

IV. HABÍA UNA VEZ... :

Este hermoso cerro que en más de una ocasión ha inspirado narraciones míticas, canciones y poesías, desde la última década del siglo XX viene irresponsablemente siendo destruido. Su otrora cuerpo robusto, hoy ya está mutilado. La insensatez de algunos ciudadanos que han convertido a nuestro cerro espinal en cantería debe ser corregida y remediada de inmediato. Su paulatina destrucción no sólo es una afrenta a la historia y tradición local, sino un gravísimo atentado al medio ambiente, que puede concluir en hacer cada vez más hostil el clima en nuestra localidad.
Es hora de decir basta ya de tanta insolencia contra nuestra cultura y medio ambiente, es hora de que nuestras autoridades dejen de mirar sus bolsillos y trabajen en pos de horizontes de prosperidad espiritual primero; la voz del cerro espinal es un grito desesperado que no debe ser obviado, y nosotros no queremos ser sentenciados en el futuro como generación devastadora, y relatar a nuestros descendientes expresando “Allí había una vez un hermoso lugar conocido como cerro espinal...”.

Juliaca, 17 de Julio de 2003.

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