miércoles, 27 de abril de 2011

JOSÉ IGNACIO MIRANDA

JOSÉ IGNACIO MIRANDA
Maestro inolvidable

El maestro José Ignacio Miranda Valdez nació el 31 de julio de 1893 en la ciudad de Puno. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en el Colegio Seminario de San Ambrosio de su ciudad natal.
Quienes regentaban aquella entidad fueron testigos del desarrollo de su personalidad y su vocación para el campo educativo, por ello, en 1914 le dieron la oportunidad de ejercer la docencia como maestro auxiliar primario, cargo que la desempeñó con gran responsabilidad y solvencia.
Debido a su eficiente desempeño como maestro y al prestigio alcanzado en corto tiempo, el Rvdo. Padre Francisco Velarde le persuadió para que laborara en el Liceo San Luis Gonzaga de Juliaca; debido a la tentadora oferta, el maestro Miranda aceptó la proposición, y en 1916 optó por fijar su residencia la Ciudad de los vientos conjuntamente con su inseparable madre doña Carlota Valdez Toro. En este colegio particular ejerció la docencia hasta 1925 en que cerró sus puertas.
Luego de un año de extrañar a los niños, en 1927 el Colegio Particular “San Román” le acogió en sus aulas, haciéndose cargo de la sección primaria hasta 1936, en que fue llamado al Centro Escolar de Varones Nº 1121, pero debido a mezquinos intereses, allí no se le permitió larga estadía, por lo que al poco tiempo retornó al Colegio “San Román” para no aceptar otras ofertas hasta su cese.
El maestro José Ignacio Miranda, llamado cariñosamente “Cututo Miranda”, era un apóstol muy entusiasta y de carácter enérgico con sus alumnos, fue “severo en sus castigos, recto y estricto en la disciplina”, “digno ejemplo del maestro de esos tiempos en que la letra entra con sangre”. Su labor magisterial los combinó con su accionar artístico, pues fue un experto en la ejecución del violín y el piano, llegando a integrar algunas instituciones musicales de su tiempo.
A pesar de carecer de Título Pedagógico, era un hombre culto y bien informado. Debido a su multifacética cultura varios medios de prensa de circulación regional, acudieron a su persona, por ello sus artículos periodísticos se encuentran en diversos órganos de prensa, llegando a ser parte del equipo fundador del periódico “El Progreso” en 1939. Como hombre talentoso sus opiniones eran muy respetadas e inclusive llegó a formular algunas hipótesis para explicar el significado de la voz “Juliaca” (Ejm: Luli-Aca, Juli-Aca, Xullaska, etc.), conocimientos éstos que los compartía con sus pupilos en agradables sesiones amicales.
Luego de consagrar su vida a la formación de muchas generaciones calceteras por más de tres décadas, ya anciano fue cesado como docente. Luego, no pudiendo soportar una grave enfermedad, sucumbió ante ella un 6 de agosto de 1960 a los 67 años de edad. Su muerte fue sentida por la población juliaqueña y algunos de sus discípulos reconocieron sus esfuerzos.
Su nombre está estrechamente ligado al Colegio Particular Franciscano “San Román” y por ende a la educación calcetera, en donde con un “trabajo silencioso, sacrificado, pero vital, creador, intensamente humano”(NVC) llegó a consagrarse como maestro símbolo. Junto a José Catacora Solórzano, José Ignacio Miranda, se ha constituido en uno de los “maestros más notables del siglo XX, de la Provincia de San Román”(RCA).
Su abnegada labor fue reconocida y su nombre se ha perennizado nominando una calle y una avenida de Juliaca; asimismo, gracias a la iniciativa del diputado Guillermo Briceño Rosamedina (Alumno de J.I.M.) el C.E.S. Agropecuario con justicia lleva su nombre.

2 comentarios:

MJ dijo...

Ese es mi abuelo con mucho orgullo.

Unknown dijo...

Fue mi gran maestro a pesar de sus latigazos con quinzapalca, ni un padre le rectificaba sus decisiones.