miércoles, 27 de abril de 2011

AGONÍA DEL CERRO ESPINAL


Por: Hugo Apaza Quispe

I. PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN:

La ignorancia es por demás atrevida y destructora, pero es más ominosa cuando quienes son los llamados a velar por un patrimonio cultural, contribuyen a su devastación con su desidia cómplice.
Los juliaqueños de hoy, con preocupación e impotencia venimos observando la extinción de uno de los cerros característicos de Juliaca, la misma que está llena de tradiciones, por lo que el Instituto Nacional de Cultura el día 6 de agosto de 2001 publicó la Resolución Directoral Nacional N° 663/INC (17-07-01), mediante la cual se ha resuelto Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a varios Sitios Arqueológicos del departamento de Puno y dentro de ellos a los cerros Waynarroque, Espinal y Monos. La existencia de esta norma ratifica la importancia de estos espacios arqueológicos y obliga a las autoridades locales y población en general a tener que contribuir a salvaguardar su integridad. Esto significa que cualquier proyecto de obra nueva, caminos, carreteras, canales, denuncios mineros o agropecuarios, obras habitacionales y otros que pudiese afectar o alterar el paisaje de estos sitios declarados Patrimonios Culturales de la Nación, deberá contar con la aprobación del INC y la Municipalidad. ¿Esta norma hasta cuando seguirá siendo vulnerada como muchas otras? Si aún no quieren comprender la importancia de esta elevación orográfica, les ofrecemos las siguientes reflexiones, que esperamos les quite las vendas de los ojos a nuestras autoridades y a los inescrupulosos ciudadanos.

II. IMPORTANCIA HISTÓRICA:

Los primeros pobladores humanos que arribaron al altiplano, fueron rudos cazadores cuyos vestigios nos indican que entre los años 10,000 y 3,000 a.C. practicaban una fructífera actividad de subsistencia, tal como lo demuestran los hombres de Pizacoma, Masocruz, Qelcata, Qelcatani, Tumuko, Mugachi, etc.
En nuestra localidad cuando las fuerzas productivas se consolidaban, las rivalidades se acentuaban y las batallas eran frecuentes, los qollas de antaño eligieron por morada a este legendario cerro (cerro espinal); allí se ha instalado una sede militar, religiosa, administrativa y residencial. Desde aquella atalaya los Sapana, Qolla Cápac y Chuchikápac defendieron su soberanía contra la arremetida Inka.
Siendo ya parte del Tawantinsuyo los qollaqueños (juliaqueños) encabezados por el intrépido Waynarroque, con sus permanentes sublevaciones ocasionaron permanentes crisis al Estado Inka, por lo que el Imperio tuvo que organizar una sangrienta campaña de pacificación, lo cual consistió en arrasar y liquidar las construcciones qollas de las laderas y cima del cerro espinal. Las huellas de la presencia de este santuario, ya sean murallas en ruinas, fragmentos de cerámica, piedras talladas, etc. aún se encuentran allí, esperando que algún estudioso lea el mensaje escrito con sudor y sangre hace más de 6 siglos.
Durante la Colonia aquel lugar fue iluminado con aureolas fantásticas, y fue relacionado con fabulosos tesoros jesuíticos.

III. IMPORTANCIA ECOLÓGICA:

Uno de los mensajes universalmente reconocidos es el de proteger el medio ambiente de cualquier tipo de depredación y contaminación. Este fenómeno de nuestro relieve, tiene la denominación de Cerro Espinal debido a que allí, en un pequeño espacio del sector norte, ha logrado adaptarse una variedad de espinos exóticos que atiza nuestra curiosidad. Este pequeño bosque de espinas sirve de hábitat a miles de animales pequeños, como aves (pájaros), batracios, insectos, roedores, etc. que al igual que el ser humano tienen derecho a la vida.
La presencia de esta elevación orográfica contribuye también en mejorar el clima del medio ambiente local, y logra amortiguar las agresiones de los vientos que son característicos en nuestro medio.

IV. HABÍA UNA VEZ... :

Este hermoso cerro que en más de una ocasión ha inspirado narraciones míticas, canciones y poesías, desde la última década del siglo XX viene irresponsablemente siendo destruido. Su otrora cuerpo robusto, hoy ya está mutilado. La insensatez de algunos ciudadanos que han convertido a nuestro cerro espinal en cantería debe ser corregida y remediada de inmediato. Su paulatina destrucción no sólo es una afrenta a la historia y tradición local, sino un gravísimo atentado al medio ambiente, que puede concluir en hacer cada vez más hostil el clima en nuestra localidad.
Es hora de decir basta ya de tanta insolencia contra nuestra cultura y medio ambiente, es hora de que nuestras autoridades dejen de mirar sus bolsillos y trabajen en pos de horizontes de prosperidad espiritual primero; la voz del cerro espinal es un grito desesperado que no debe ser obviado, y nosotros no queremos ser sentenciados en el futuro como generación devastadora, y relatar a nuestros descendientes expresando “Allí había una vez un hermoso lugar conocido como cerro espinal...”.

Juliaca, 17 de Julio de 2003.

VICENTE BENAVENTE CALLA

VICENTE BENAVENTE CALLA
Maestro y poeta calcetero

Don Fermín Vicente Benavente Calla, es un renombrado personaje del arte y la cultura terrígena, y se encuentra en la constelación de luminarias andinas por su trabajo como pedagogo y bardo calcetero; sin embargo su polifacética personalidad le permitió distinguirse también como periodista, propulsor del arte y la literatura, pero sobre todo destacó como padre ejemplar encarnando virtudes morales.
Este preclaro ciudadano nació en Juliaca el 11 de marzo de 1926, en el hogar formado por Juan Benavente y Silveria Calla, advino al mundo el mismo año en que emergió su lar natal como capital de provincia.
Estudió en los colegios Franciscano San Román, San Carlos de Puno y en el Guadalupe de Lima. Cursó estudios superiores en la escuela Normal de Pucará (Lampa) y en otras universidades de prestigio.

EJERCICIO PEDAGÓGICO

El año de 1945 inició su labor docente en el distrito de Calapuja (Lampa). A partir de 1949 ejerce el magisterio en Juliaca. Como maestro, su talento estuvo en el Centenario 1121, en el Colegio San Román, en la Universidad Particular “Túpac Amaru”, en la Escuela Normal Mixta, en la ESEP, en el Instituto Superior Pedagógico Público y en el Instituto Superior Tecnológico Privado “Miguel de San Román”.
No sólo desarrolló gestión pedagógica en el aula, en la administración y en la Dirección, sino que también fue un arduo luchador social, destacándose como dirigente sindical de los maestros a nivel provincial, departamental y nacional, defendiendo los derechos de los profesores del Perú.



EJERCICIO LITERARIO:

Don Vicente Benavente es considerado como el patriarca de las letras calceteras, y con paciencia construyó hermosas composiciones literarias reivindicando a la mujer calcetera, el paisaje juliaqueño, sus tradiciones y sus gestas de progreso. La exquisitez de sus versos se expresa en las siguientes obras poéticas:
• “JULIA” (poema de 7 estancias). Juliaca, 1954.
• “Vientos de amor” (Antología). Cusco, 1962.
• “Cinco poemas para mañana” (mensaje cholo). Cusco, 1965.
• “Mural de latidos” (Como una lágrima para todas las horas). Juliaca, 1974.
• “Cantos encendidos” (pregón calcetero). Cusco, 1976.
• “Raíces del viento” (Antología poética). Juliaca, 1997
En su haber tiene varias obras literarias inéditas.

EJERCICIO PERIODÍSTICO

Inicialmente participó con su pluma en las siguientes revistas y periódicos: “Progreso”, “Xullaca”, “Orientación”, “Calcetera”, “Avanzada poética”, etc. Sus artículos están diseminados en publicaciones nacionales y regionales como en “Los Andes”, “Correo” y otros; asimismo ha colaborado en publicaciones locales, con artículos que resaltan las bondades folklóricas y literarias de Juliaca. A partir de 1996 participa activamente en la revista “Pandilla Puneña”.
Entre 1959 y 1963 dirigió el programa “Altura Poética”, en Radio Juliaca.
En la década de 1950 participó en la constitución del Centro Federado de Juliaca, base de la Federación de Periodistas del Perú.

EJERCICIO AMICAL CON LA CULTURA
El maestro Benavente conjuntamente con otros intelectuales, el 15 de julio de 1950 participó en la fundación de la Asociación Cultural “Xullaca”, que editó la revista “Xullaca” (1956–1957), y realizaron certámenes literarios y artísticos con intelectuales de renombre.
Fue promotor de la institucionalización de la Agrupación de Tokoros y Pinkillos “Los Machu Aychas”.
El 30 de marzo de 1993 se funda la Asociación de Instituciones Pandilleras de la Provincia de San Román, siendo don Vicente Benavente Calla su presidente fundador.

PERENNIDAD:
El trabajo cultural del maestro Benavente es reconocido en diversas latitudes. En los últimos años recibió homenajes, como en el II Encuentro Internacional de Escritores “Juliaca 2007” que llevó su nombre; el 15 de abril de 2009, día del poeta peruano, la ANEA San Román le otorgó el Premio “Carlos Oquendo de Amat”.
El Grupo Editorial Hijos de la Lluvia publicó el libro “El mensaje de Vicente Benavente en el corazón del viento” en octubre de 2005, allí se compendia su trabajo poético y se le brinda un homenaje a través de la crítica literaria.

OCASO:
En diciembre de 2008 la parca visita la familia Benavente Llerena, llevándose a la amada matrona Angélica Llerena. Lamentablemente, cuando nuestro maestro tenía 83 años, el sábado 4 de julio de 2009, su corazón dejó de latir en una cama del hospital de EsSalud de Juliaca.

JOSÉ IGNACIO MIRANDA

JOSÉ IGNACIO MIRANDA
Maestro inolvidable

El maestro José Ignacio Miranda Valdez nació el 31 de julio de 1893 en la ciudad de Puno. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en el Colegio Seminario de San Ambrosio de su ciudad natal.
Quienes regentaban aquella entidad fueron testigos del desarrollo de su personalidad y su vocación para el campo educativo, por ello, en 1914 le dieron la oportunidad de ejercer la docencia como maestro auxiliar primario, cargo que la desempeñó con gran responsabilidad y solvencia.
Debido a su eficiente desempeño como maestro y al prestigio alcanzado en corto tiempo, el Rvdo. Padre Francisco Velarde le persuadió para que laborara en el Liceo San Luis Gonzaga de Juliaca; debido a la tentadora oferta, el maestro Miranda aceptó la proposición, y en 1916 optó por fijar su residencia la Ciudad de los vientos conjuntamente con su inseparable madre doña Carlota Valdez Toro. En este colegio particular ejerció la docencia hasta 1925 en que cerró sus puertas.
Luego de un año de extrañar a los niños, en 1927 el Colegio Particular “San Román” le acogió en sus aulas, haciéndose cargo de la sección primaria hasta 1936, en que fue llamado al Centro Escolar de Varones Nº 1121, pero debido a mezquinos intereses, allí no se le permitió larga estadía, por lo que al poco tiempo retornó al Colegio “San Román” para no aceptar otras ofertas hasta su cese.
El maestro José Ignacio Miranda, llamado cariñosamente “Cututo Miranda”, era un apóstol muy entusiasta y de carácter enérgico con sus alumnos, fue “severo en sus castigos, recto y estricto en la disciplina”, “digno ejemplo del maestro de esos tiempos en que la letra entra con sangre”. Su labor magisterial los combinó con su accionar artístico, pues fue un experto en la ejecución del violín y el piano, llegando a integrar algunas instituciones musicales de su tiempo.
A pesar de carecer de Título Pedagógico, era un hombre culto y bien informado. Debido a su multifacética cultura varios medios de prensa de circulación regional, acudieron a su persona, por ello sus artículos periodísticos se encuentran en diversos órganos de prensa, llegando a ser parte del equipo fundador del periódico “El Progreso” en 1939. Como hombre talentoso sus opiniones eran muy respetadas e inclusive llegó a formular algunas hipótesis para explicar el significado de la voz “Juliaca” (Ejm: Luli-Aca, Juli-Aca, Xullaska, etc.), conocimientos éstos que los compartía con sus pupilos en agradables sesiones amicales.
Luego de consagrar su vida a la formación de muchas generaciones calceteras por más de tres décadas, ya anciano fue cesado como docente. Luego, no pudiendo soportar una grave enfermedad, sucumbió ante ella un 6 de agosto de 1960 a los 67 años de edad. Su muerte fue sentida por la población juliaqueña y algunos de sus discípulos reconocieron sus esfuerzos.
Su nombre está estrechamente ligado al Colegio Particular Franciscano “San Román” y por ende a la educación calcetera, en donde con un “trabajo silencioso, sacrificado, pero vital, creador, intensamente humano”(NVC) llegó a consagrarse como maestro símbolo. Junto a José Catacora Solórzano, José Ignacio Miranda, se ha constituido en uno de los “maestros más notables del siglo XX, de la Provincia de San Román”(RCA).
Su abnegada labor fue reconocida y su nombre se ha perennizado nominando una calle y una avenida de Juliaca; asimismo, gracias a la iniciativa del diputado Guillermo Briceño Rosamedina (Alumno de J.I.M.) el C.E.S. Agropecuario con justicia lleva su nombre.

DIONISIO TORRES JUÁREZ

DIONISIO TORRES JUÁREZ
Escritor juliaqueño sin par


El escritor Dionisio Guillermo Torres Juárez nació en Juliaca un 4 de abril de 1914. Luego de una ardua labor por el desarrollo cultural de su lar nativo, un vil vehículo acabó con su existencia física un 16 de enero de 1984, marchándose así al lado de su gran amigo el maestro José Ignacio Miranda.
Sus estudios primarios los culminó en el prestigioso 1121 y la secundaria los cursó en el Colegio Americano de Arequipa. Por carencia económica no pudo culminar sus estudios universitarios, por lo que decidió retornar a su tierra natal.
Este émulo de Jorge Basadre y Emilio Romero, desde muy joven sentía inclinaciones por las letras, su vocación literaria se consolidaba en sus prolongadas lecturas y frecuentes diálogos con algunos exponentes de la cultura de su tiempo, llegando a trabar amistad con algunos integrantes del ya disperso pero prestigioso Grupo Orkopata.
Al igual que los grandes hombres de su época, don Dionisio Torres matizaba sus actividades ordinarias con acciones musicales, llegando inclusive a integrar el Centro Musical Juliaca en 1938.
La mejor manera de hacer aflorar su personalidad la encontró en el periodismo, desde donde expresó su vocación social y literaria. Su pluma no estuvo ausente en casi ninguna publicación de su tiempo. Cuando apareció el periódico “El Progreso” (1º Feb. 1939), él ya figuraba como su fundador y al año siguiente asumió la Dirección de aquella publicación que honró a Juliaca por más de tres décadas.
A fin de consolidar su vocación periodística, ampliar sus conocimientos y capacitarse en este hermoso arte, Dionisio Torres, llegó a estudiar periodismo por correspondencia en una prestigiosa entidad colombiana.
El ejercicio del periodismo le abrió también otras posibilidades culturales, y esto se evidenció en su meritoria incursión en el campo de la poesía y el ensayo. Su entusiasmo por el estudio le permitió transitar con gran autoridad sobre la historia, la geografía y biografías de la Provincia de San Román. Por su inagotable labor de estudioso y hábil escudriñador se ha constituido en el mejor escritor calcetero. El estudioso René Calsín Anco, que es uno de sus afamados biógrafos, al respecto dice: “En Torres, el músico y el poeta, inclusive el periodista, sucumbieron ante el escritor”.
En efecto, Dionisio Torres aún no es superado en sus obras relacionadas con la cultura de Juliaca. Sus dos obras cumbres, que le abrieron las puertas de la inmortalidad, al lado de “El Progreso”, son:
• MONOGRAFÍA DE LA PROVINCIA DE SAN ROMÁN. Obra de 343 páginas que empezó a circular desde finales de 1963; y
• GUÍA BIOGRÁFICA DE JULIACA. Obra de 488 páginas editada en 1972.

En estos trabajos, que son verdaderos monumentos a la cultura juliaqueña, aflora la personalidad del hombre que ama a su tierra, allí están los memorables documentos rescatados de las llamas de la indiferencia, con cuya ausencia ningún estudio histórico, geográfico, biográfico, artístico, literario, institucional, etc. prosperaría.
Cuando el hoy Politécnico “Los Andes” en 1946 abrió sus puertas, albergó en su seno a este fervoroso militante del Rijcharismo por aproximadamente 32 años como secretario del plantel; allí tuvo también descollante actuación llegando a ser Director del mismo y lograr la donación de los actuales terrenos.

JORGE RIVERA DEL MAR

JORGE RIVERA DEL MAR
Músico calcetero

Jorge Alipio Rivera del Mar, nació en Juliaca el 15 de agosto de 1897, fue hijo del arequipeño Julián Rivera Vela y doña Elvira del Mar (Puno), quienes le hicieron estudiar la primaria en la Escuela Fiscal del Varones Nº 8803 (Juliaca, 1121) y la secundaria en el Colegio Seminario de San Ambrosio de Puno.
Este personaje fue un consagrado músico, artista, periodista, docente y deportista; pero por azares de la vida dejó de existir en la ciudad de Lima un 4 de noviembre de 1964.

EL ARTISTA:
Es considerado como el mejor músico juliaqueño del siglo XX. Su actividad artística puede resumirse en:
• En 1914 creo la melodía del primer Himno a Juliaca, cuya letra estuvo inspirado por el clérigo Bartolomé Barceló.
• Perteneció al Grupo Artístico Bohemia Andina.
• Fue parte de la Filarmónica de Puno.
• Fue un notable compositor y destacó como Director Musical.
• Propició la constitución del Centro Musical Juliaca en 1927.
• En Juliaca logró hacer funcionar un grupo de artistas teatrales.
• Junto con José Ignacio Miranda, formó el Coro Escolar Juliaca.
• Junto con Luis de Rodrigo, organizó el Grupo Cultural Juliaca.
• Dirigió la revista Juliaca en 1925.

MÉRITOS ESPECIALES:

• Fue autor de la melodía del Primer Himno de Juliaca, escrito por el español Fr. Bartolomé Barceló.
• Es autor de la música del actual Himno a Juliaca, que fue estrenado el 24 de octubre de 1926.
• Realizó la transposición y rectificado del Himno Nacional de Perú.

LUIS RODRIGUEZ ORTIZ

LUIS A. RODRÍGUEZ ORTIZ Poeta calcetero

Luis Augusto Rodríguez Ortiz es hijo de Constantino Rodríguez y Zoraida Ortiz, nació en el pueblo de Juliaca el 11 de mayo de 1897, estudió primaria en el Centro Escolar 881 donde fue discípulo del maestro José Antonio Encinas; sus estudios secundarios los cursó en el Colegio San Carlos de Puno. Cuando tenía 92 años de edad falleció en la ciudad de Lima el 12 de diciembre de 1989.

TRAYECTORIA CULTURAL:
Luis A. Rodríguez Ortiz es uno de los poetas más importantes del siglo XX y notable propulsor del desarrollo de la cultura en el Altiplano Sur-peruano. En el campo de las letras se hizo popular con el seudónimo de Luis de Rodrigo. Su vida es una fructífera lección de consagración al cultivo del arte y la literatura, la misma que se manifestó en las siguientes acciones de interés cultural:
• Participó activamente en la fundación de: grupo literario Bohemia Andina (Puno-1916), del grupo Harawico (Lima-1947) y del Instituto Puneño de Cultura (Lima-1955).
• Promovió la constitución de una biblioteca en Juliaca, la misma que empezó a funcionar en 1922.
• Lideró el grupo cultural Juliaca entre 1924 y 1928.
• Escribió versos, relatos y crónicas periodísticas, entre otras, en: El Imparcial e Hispano-América de EE.UU.; La Sierra, Amauta, Poliedro y Revista Universitaria, de Lima; Deber, Noticias y El Pueblo de Arequipa; El Comercio y La Verdad del Cusco; La tea, El Siglo, El Eco de Puno, Cirrus, Boletín Titikaka, El Carolino, Puno Lírico y Los Andes de Puno; La Provincia, Chasqui, Juliaca, Runa Soncco y El progreso en Juliaca.

MÉRITOS ESPECIALES:
• Autor de las letras del Himno a Juliaca, estrenado en 1926.
• Premio Sur-peruano de Poesía, Arequipa-1926.
• Premio Nacional de Poesía, con su obra PUNA; Lima-1944.

VALORACIÓN:
Luis Augusto Rodríguez Ortiz, fue un talentoso poeta de vanguardia, cuyos versos se inspiraban en sus vivencias, su admiración por la naturaleza y en la propia realidad social. Junto con Carlos Oquendo, Alejandro Peralta y Gamaliel Churata, Luis de Rodrigo se constituye en uno de los máximos exponentes de la poesía de nuestro altiplano; así lo dice la crítica especializada peruana.

MARIANO E. NÚÑEZ

MARIANO E. NÚÑEZ
Impulsor de la provincialización y primer Subprefecto provincial


Poco se conoce acerca de la vida y obra de don Mariano E. Núñez, y los pocos que han escrito sobre este personaje, coinciden que fue un notable vecino de Juliaca que luchó fervorosamente para elevar al pueblo de Juliaca a una categoría superior como: Ciudad y capital de provincia respectivamente.
Mariano E. Núñez nació en Arequipa el año de 1858. Debido al prestigio que había adquirido Juliaca en aquellos tiempos, este compatriota decidió afincarse en este pueblo ya emergente, imitando a paisanos suyos y a extranjeros visionarios.
Estando en Juliaca se dedicó al comercio instalando una nutrida y surtida Agencia Comercial, así como a labores sanitarias. Debido a su consagración al trabajo y plena identificación con el progreso del pueblo que le brindaba cordial acogida, pronto logró renombre, por ello a temprana edad, cuando apenas tenía 27 años fue designado Gobernador del distrito, así se le observa en 1885 trabajando impetuosamente en varias obras de orden público “como la construcción de la muralla del Cementerio General, así como las paredes para el Cuartel de Policía que se tenía proyectado”. Más tarde en 1896, llegó a realizar un censo en las 10 parcialidades, que concluyó que el distrito tenía más de 9000 habitantes.
En la última década del siglo XIX, Mariano E. Núñez decidió impulsar el proyecto de provincializar a Juliaca, pues este pueblo ya había logrado un vertiginoso progreso que le hacía merecedor de ostentar aquel título. En 1893, siendo primera autoridad política de este distrito, logró elaborar un documentado proyecto de la futura provincia que debía llamarse “Independencia” e integrado por 9 distritos. Este documento posteriormente fue variado en algunos aspectos y así fue recogido por el Diputado por Puno Dr. Miguel Morales, quien en 1896 logró presentar el respectivo proyecto de ley en el Poder Legislativo, el mismo que por la tensión gubernamental de entonces no fue debatido hasta que se extravió en los vericuetos congresales.
A pesar de esta pérdida, Mariano E. Núñez continuó en la brega, y en 1906 conjuntamente con el Alcalde Juan G. Cavagnari, lograron convencer al diputado Luis Felipe Luna a enarbolar la provincialización de Juliaca, y a partir de aquella fecha el sueño calcetero se coronaría con éxito; pues los reclamos se realizaron desde dos frentes: Desde el Poder Legislativo y desde Juliaca alentado entusiastamente por Mariano E. Núñez.
Por ello, haciendo justicia a estos esfuerzos desplegados durante más de 40 años, en 1926, el Supremo Gobierno designó como Primer Subprefecto de la flamante Provincia de San Román a don Mariano E. Núñez.
“Hoy todo Juliaca recuerda con mucho cariño a este mentor, que supo encausar todas las aspiraciones del pueblo, que ha perennizado su nombre en una de las calles principales de la ciudad”.

LUIS FELIPE LUNA TAMAYO

LUIS FELIPE LUNA TAMAYO
Gestor de la provincialización de Juliaca

Muy poco se ha difundido acerca de la vida y obra de este personaje que se ha integrado a la historia de Juliaca por haberse “destacado como el principal finalista” en hacer realidad la Ley Nº 5463, por la cual se creó la Provincia de San Román con su capital Juliaca.
Luis Felipe Luna Tamayo nació en Urubamba (Cusco) en 1872. Se alejó de su tierra natal a fines del siglo pasado llegando al altiplano para desempeñarse como profesor en la Escuela Municipal de Azángaro. En aquella localidad logró conquistar el afecto y el cariño de doña María Dolores La Rosa Lizares, con quien contrajo nupcias al mismo tiempo que se enseñoreó sobre sus grandes latifundios; de esta unión nació el escritor azangarino Lizandro Luna.


EL HOMBRE PÚBLICO:

Ya como hacendado, en la tierra de Pedro Vilcapaza, devino en adversario de Angelino Lizares Quiñonez y Bernardino Arias Echenique, a quienes les disputaba la hegemonía del poder económico y político en el departamento.
Luis Felipe Luna Tamayo, durante las primeras décadas del presente siglo, se constituyó en importante personaje de la política regional. Llegó a ser Alcalde de Azángaro y su labor edil es recordado por la construcción de local municipal inaugurado el 1 de enero de 1900. En su carrera política, se hizo elegir en reiteradas veces parlamentario ante el Congreso Nacional, por ello fue Diputado por Sandia (1906-1912), Azángaro (1911- ) y Lampa (1920-1924), e incluso llegó a ser Senador por Puno. En el Parlamento presidió importantes comisiones como la de la Reforma Constitucional que permitió la reelección del Presidente de la República Augusto B. Leguía.
Asimismo, ocupó importantes cargos dentro de la administración pública y hasta llegó a ser Prefecto de los departamentos de Apurímac, Huánuco, Ayacucho y Junín. Por su labor como autoridad política, sus admiradores lo han reconocido como “El Prefecto Modelo”. Dentro de su carrera de hombre público se distinguió por la perseverancia en sus decisiones y la vehemencia en sus acciones, por lo que cosechó valiosas condecoraciones y medallas de oro “por los servicios prestados a la nación”.

SU IDEOLOGÍA:

Luis Felipe Luna Tamayo, no fue un hombre de izquierda. En el Parlamento Nacional “se constituyó en el ideólogo del gamonalismo”. Los hacendados tenían la obligación de ungirlo como Parlamentario porque “era el único con verbo sonoro y habilidad expositiva”. Ha conquistado prestigio nacional defendiendo la propiedad del hacendado y en el Congreso fue parte de un “Frente anti-campesino”. El Periódico calcetero “Alborada” (Oct.-Nov. 1951), refiriéndose a este aspecto de nuestro hombre informaba: “En el parlamento sostuvo batallas que dejaron recuerdo. Una de ellas fué la de la defensa de la propiedad en esa vorágine que desencadenó en el Perú el llamado problema indígena en 1923. Fué ese tal vez uno de los mejores triunfos de su vida de político y luchador”.
En efecto, fue un notable político y orador, y por ello también son memorables sus encuentros parlamentarios con el maestro José Antonio Encinas, en la Cámara de Diputados, cuando Luna Tamayo era Diputado por la Provincia de Lampa, y José Antonio Encinas por Puno, y a quien logró vencer en un debate en torno al Proyecto de Ley que pedía la creación de una nueva provincia en el Departamento de Puno.
A pesar de ser defensor de la propiedad hacendataria, Luis Felipe Luna Tamayo dejó ejemplos de labor infatigable, de civismo, altivez y de acciones patrióticas. Inclusive, cuando fue debelado, a sangre y fuego, una sublevación campesina, y capturado el líder Rumi Maqui, el señor Luna Tamayo asumió la defensa de este hábil organizador campesino.

LUIS F. LUNA Y LA PROVINCIA DE SAN ROMÁN:

Durante el primer período del Oncenio del Presidente Leguía, el Sr. Luna logra hacerse elegir diputado, esta vez en representación de la provincia de Lampa. Ya incorporado en su Cámara en 1920, no se olvidó de Juliaca que la había apoyado para su elección como Padre de la Patria. Demostrando que este hijo del Cusco, amaba a Juliaca, libró decisivas batallas para eregirla en capital de provincia. En julio de 1921, ante la Sociedad Geográfica de Lima, sustentó esta necesidad y dijo que

“este pueblo de espíritu pujante, de virtudes extraordinarias que la naturaleza, raza y las leyes infalibles del progreso acumularon, de tal suerte, que hacen de Juliaca, un pueblo viril, fuerte, robusto y pletórico de energías e ideales que le dan derecho a ocupar, resueltamente, la posesión real que le corresponde en la vida nacional” ( , ).

También son históricas sus intervenciones en el foro legislativo a fines de 1923, en donde manifestó que Juliaca es un

“pueblo de abnegación sin límites de valor indomable que con el carácter férreo de los kollas, brillará con luz propia en risueño porvenir que el destino le prepara porque es tierra que fecundó las raíces históricas del Perú, es un pueblo nacido para la libertad y el trabajo … Hoy el Parlamento del Perú, haciendo justicia a sus cualidades sobresalientes, va a declarar su emancipación política y social, dándole la investidura de provincia libre y autónoma para que llene su misión en la senda del progreso”( , ).

Con este célebre discurso logró que la Cámara de Diputados, por unanimidad, aprobara aquel proyecto, cumpliendo de esta manera con la promesa hecha al pueblo calcetero a comienzos del siglo XX. Con esta victoria, prácticamente, se despidió del Congreso que en 1924 ya no contaba con este elocuente representante provinciano.
El poeta José Parada Manrique, refiriéndose a este personaje, llegó a calificarle de “Iluminado” e “ínclito ciudadano” por su titánica labor de independizar a Juliaca.
Cuando en 1924 quiso repetir la diputación por Lampa, le salió al frente un joven, hábil y emergente político lampeño, el Ingº Enrique Torres Belón, hombre de prestigio y muy querido en su tierra.

SU OCASO:

El 9 de setiembre de 1944, en la Capital de la República, la muerte le sorprendió, y en medio de sendos discursos de sus amigos y de quienes lo conocieron, fue sepultado en el Cementerio “El Ángel” de Lima.
Juliaca reconoce a Luis Felipe Luna Tamayo por haber sido el hombre, que con denuedo, batalló por hacer realidad el nacimiento de una nueva provincia, que hoy se llama San Román y que tiene por capital a la Ciudad de Juliaca.

ANDRES RATTI

ANDRÉS RATTI
Empresario Visionario

.
Este importante personaje, considerado como el iniciador del progreso de Juliaca contemporánea, nació en Génova (Italia) el año de 1851. Buscando nuevos horizontes de prosperidad, arribó al Perú en 1875; estando en Lima contrajo nupcias con la damisela María Nava en 1879, como fruto de esta unión nacieron 9 hijos. Debido a las permanentes hostilidades que sufría la capital peruana por efecto de la invasión chilena, el matrimonio Ratti-Nava decidió trasladarse al interior del país. Por aquellos años Juliaca era un pequeño pueblo con rudimentario hálito urbano y con una flamante estación ferroviaria. La presencia de este fenómeno capitalista fue lo que cautivó la atención del comerciante genovés, por ello en 1882 llega a Juliaca y se convence de que era un estratégico lugar para dominar el movimiento comercial en el altiplano.
Andrés Ratti, ya instalado en Juliaca, realiza sus operaciones con técnicas “modernas”. Sus actividades mercantiles pronto tuvieron éxito y fama, pues la firma Ratti fue conocido en todo el sur del Perú y parte de Bolivia. Esta firma comercial que inició su florecimiento a fines del siglo pasado se dedicó básicamente a la importación y exportación. Acopiaron en Juliaca grandes cantidades de lanas, fibras, cueros, quesos y otros productos de la región, trasladándolos luego hacia el puerto de Mollendo y de allí se exportaba a Estados Unidos, Inglaterra y demás países de Europa; de estos países importaba otros elementos que luego los comercializaba en nuestro altiplano.
A fin de mejorar sus actividades mercantiles instaló varias sucursales en el interior del departamento de Puno, incluso otras en Arequipa e Islay.
El accionar de don Andrés Ratti fue fructífero. A fines del siglo pasado logró hacer construir y funcionar el primer lavadero de lanas de la región, que daba trabajo a más de 100 varones y 50 mujeres; dicho lavadero estuvo ubicado entre las actuales calles San Martín, Mariano Núñez, Cusco y San Román. Así, la lana exportada era de calidad y salía debidamente enfardelada para competir en el mercado internacional. Asimismo, logró instalar el mejor hotel del departamento en donde pernoctaron visitantes de todas las latitudes, prestó un decisivo apoyo para la construcción de la Capilla de la Virgen de las Mercedes, se preocupó de la higiene, construyó varios edificios, contribuyó a la fundación de instituciones culturales (fue socio fundador de la Sociedad de Tiro Juliaca Nº 17 en 1897) y logró sacar del anonimato a Juliaca, por ello muchos otros emularon su ejemplo.
El nombre de Andrés Ratti, definitivamente está asociado al progreso económico, urbano y cultural de Juliaca, a la que le entregó gran parte de su esfuerzo, llegando a ser incluso en 1896 alcalde distrital. El poeta José Parada Manrique expresó que el Sr. Andrés Ratti es el “verdadero y auténtico pionero del progreso de esta ciudad, pues que fue él quien abrió el luminoso horizonte del comercio y para el comercio… fue también el promotor de la industria”.
Este personaje que llegó a fundar el Pueblo Nuevo de Juliaca, en 1899 se trasladó a Lima y en 1901 se fue a su patria (Italia) en donde falleció un 24 de marzo de 1917.
Juliaca honra a este hombre y a la firma comercial que él impulsó.

LOS HIJOS:

Luego de la ausencia de Andrés Ratti, la empresa comercial no se disolvió, sino que continuó por varios años ejerciendo gran influencia en el desarrollo de Juliaca. Hasta 1912 fue administrado por apoderados, luego se hicieron cargo sus hijos Augusto, Alfredo y Ricardo. A partir de 1915 la Firma Ratti acentúa su prestigio comercial, por ello instalaron un segundo lavadero de lanas, una planta eléctrica que abasteció a una parte de la población y lograron inaugurar el primer cinema en Juliaca. Así, estos herederos de Andrés Ratti, también contribuyeron con el progreso de nuestra ciudad de los vientos.
Más tarde Alfredo Ratti viajó a Italia y allí falleció en 1934; luego Augusto se fue a Mollendo llegando a ser alcalde de Islay, y estando en Lima falleció en 1944.
En 1934 el Sr. Ricardo Ratti trasladó la oficina principal a la ciudad blanca, luego cerró algunas sucursales en el departamento y debido al decaimiento de la actividad comercial mundial, en la década del 50 la firma Ratti cierra definitivamente sus puertas en la ciudad de Juliaca, la misma que estaba administrada por eficientes apoderados como el Sr. Aurelio Oblitas Aréstegui (1942).

PERSONAJES. Miguel de San Román

MIGUEL DE SAN ROMÁN
Militar y Estadista

Miguel de San Román y Meza, nació en Puno el 17 de mayo de 1802, siendo su padre el mártir Miguel Pascual San Román; y murió en el balneario de Chorrillos (Lima), el 3 de abril de 1863, siendo Presidente de la República.

EL MILITAR

Miguel de San Román al concluir sus estudios en el Cusco, se enroló al ejército libertario y cuando contaba con sólo 14 años, participó en la sublevación de Mateo Pumacahua y estuvo presente en la batalla de Umachiri, en 1815, al lado de su padre, quien al año siguiente fue ejecutado en la plaza de Puno. Miguel Pascual, antes de ser fusilado, legó el siguiente mensaje: “Hijo mío, no olvides que me fusilan por la patria, ámala siempre”.

Este episodio marcó la vida del futuro estadista. Por su patria se sumó al ejército de San Martín y luego nunca cesó de luchar por el Perú; por ello arriesgó su vida en muchas acciones armadas como en las siguientes:
• Ocupó Lima en 1821 con el General San Martín, con el grado de Teniente
• Participó en las batallas de Junín y Ayacucho con el grado de Capitán.
• En 1828 estuvo presente en la guerra con Colombia.
• En 1834 intenta apoderarse de Arequipa y vence al General Nieto.
• En 1841, en la guerra con Bolivia, es ascendido a General de División.
• En 1855 en La Palma, enfrentó a su paisano Rufino Echenique.
• En 1844, luego del triunfo en la batalla del Carmen Alto, obtiene el grado de Mariscal.
• En 1857, al lado de Castilla, logra tomar Arequipa y sofocar la sublevación de Vivanco.
Miguel de San Román se hizo notable por su habilidad para reunir y organizar ejércitos y por la maravillosa rapidez de sus marchas.

EL POLÍTICO

Este soldado ejemplar, de ideas avanzadas y liberales, trabajó incesantemente por echar las bases de la naciente República, por ello también peleó en el frente político, desde los siguientes cargos públicos:
• Fue varias veces diputado por Puno y Lampa.
• Llegó a ser Presidente de la Cámara de Diputados.
• Fue Senador por Puno y Presidente del Senado.
• Fue Consejero de Estado.
• Llegó a ser Ministro de Guerra y Presidente del Consejo de Ministros.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA (1862-1863)

Luego de la culminación del Segundo Gobierno de Ramón Castilla, por unanimidad fue elegido Presidente de la República el Mariscal Miguel de San Román y el Congreso lo proclamó como tal el 29 de agosto de 1862.
El 24 de octubre de 1862, el Mariscal Ramón Castilla, entregó el puesto de Presidente de la República en manos de su amigo y en el acto Miguel de San Román, prestó el juramento de ejercer con honor y dignidad tan elevada responsabilidad.
Lamentablemente, cuando tenía mucho que dar en aras de la grandeza del Perú, la muerte lo sorprendió cuando apenas tenía un poco más de cinco meses en la Presidencia de la República.

SU PERSONALIDAD Y LEGADO

Sus facciones eran la de un nativo del ande; el cabello, que lo tenía blanco y tupido, lo peinaba hacia atrás. No fue gran orador, pero hablaba el kechua y el aymara con bastante fluidez. Como compañero era muy entretenido y lleno de anécdotas, muy querido por sus soldados y conocía detalladamente la topografía el país. Todos quienes lo conocían, sólo tienen elogios para él, por ejemplo, el General Andrés Avelino Cáceres opinó así:

“Entre los jefes superiores, debo especial admiración e inextinguible gratitud a los grandes mariscales Castilla y San Román, los dos militares más grandes que ha tenido el Perú... Castilla era el hombre de acción, el soldado práctico ejecutivo, San Román, el táctico sin rival. Cuando ambos estaban juntos, no había que desconfiar del éxito de sus operaciones”.

Miguel de San Román fue uno de los mejores estrategas militares y hábil político que nunca conoció la ambición vulgar; su vida misma es un acrisolado ejemplo de moralidad, civismo y de hombre con fe en la peruanidad.

PERSONAJES JULIAQUEÑOS. Juan Cahuapaza

JUAN CAHUAPAZA
Prócer tupacamarista juliaqueño


EN LA gesta revolucionaria más grande del siglo XVIII, dirigido por Túpac Amaru II, han participado muchos líderes indígenas del altiplano kollavino, quienes han logrado liberar a esta meseta del oprobio colonialista. Uno de los adalides nativos, que tuvo protagónico rol en los inicios de la insurrección, fue el juliaqueño Juan Cahuapaza.
Antes del estallido de la rebelión tupacamarista, el Cacique de Tungasuca, visitó varias veces los pueblos del altiplano, para coordinar acciones con algunos líderes indígenas. Debido a que Juliaca era un importante pueblo, José Gabriel, trabó amistad con el Cacique Juan Cahuapaza, quien comprendiendo la situación de sus hermanos, decidió abrazar la causa insurreccional.
Fue así que, en los días previos a la captura de Antonio de Arriaga en Tinta (Cusco), el Cacique de Juliaca, al lado de otros prominentes dirigentes, infatigablemente, trabajó reclutando hombres, persuadiendo, entrenando y preparando armas ofensivas y defensivas eficientes, con los cuales logró formar un aguerrido ejército que posibilitó la existencia de condiciones objetivas y subjetivas para la realización de una revolución.
Juan Cahuapaza, con su ejército nativo, intervino en las siguientes acciones:
• Ataque a la ciudad de Lampa (Dic. 1780), en donde se encontraban los corregidores, para vengar la muerte del sobrino carnal de Túpac Amaru, don Simón Noguera.
• Al lado de otros connotados adalides nativos, desde el 6 hasta el 9 de diciembre de 1780, con su propio ejército, facilitó el pacífico arribo de Túpac Amaru II a la ciudad de Lampa.
• Los días 10 y 11 de marzo de 1781, participó en los asedios a la Villa de Puno.

JUSTICIA MAYOR DE AZÁNGARO

Luego de abandonar el pueblo de Lampa (13 diciembre de 1780) Túpac Amaru II se dirigió a territorios azangarinos, para de allí dirigirse a Tinta. Pero, antes de su retorno al Cusco, posiblemente en la localidad de Santiago de Pupuja, en mérito a su eficiencia y lealtad revolucionaria, Túpac Amaru II decidió nombrar como Justicia Mayor, al mentado cacique de Juliaca, Juan Cahuapaza, con lo cual se demuestra que este personaje era uno de los líderes más importantes del altiplano kolla.
El nombre del Cacique de Juliaca, desaparece en marzo de 1781, por lo menos en la documentación que se dispone a la fecha, seguramente debió caer en los combates posteriores, o quizá fue víctima de una traición mortal o tal vez fue hecho prisionero y muerto descuartizado o estrangulado el 8 de abril junto a Pedro Vilcapaza y otros héroes.
El Cacique Coronel Juan Cahuapaza es, un prócer tupacamarista que merece ser recordado y reivindicado por la presente generación, para orgullo de los juliaqueños.

JUAN CAHUAPAZA EN LA PLUMA DE LOS HISTORIADORES:

 El historiador Juan José Vega lo reivindica manifestando que “el juliaqueño Juan Cahuapasa es un prócer tupacamarista olvidado”. Resalta su nombramiento como Justicia mayor en Azángaro.
 El historiador Carlos Daniel Valcárcel lo registró como Juan Cavapasa y anota su nombramiento como Justicia Mayor en Santiago de Pupuja (Azángaro).
 El historiador Atilio Sivirichi, asevera que Túpac Amaru, saliendo de azángaro, “dejó como Justicia Mayor al Cacique Julián Juan Cavapasa”.
 Por la Colección Documental de la Independencia del Perú, se sabe que Juan Cavapasa fue cacique de Juliaca nombrado Justicia Mayor en Azángaro.
 En un artículo de “El Siglo” de Puno del 2 de Set.1924, suscrito por Eduardo Pineda Arce se lee: “En 1780… Juliaca sufrió una alarmante disminución de indios tributarios… En ese tiempo era Cacique y Gobernador de Juliaca Don Juan José Caua Apaza”.
 El historiador Augusto Ramos Zambrano, manifiesta que Juan Cahuapaza fue un coronel juliaqueño, que luchó en la gesta de los Túpac Amaru.

JULIACA, Ciudad estancada

JULIACA, CIUDAD ESTANCADA

I. ANTECEDENTES:
La ciudad de Juliaca es lo que es, gracias al trabajo perseverante de sus moradores a lo largo de muchas generaciones. Para conocer su evolución y su problemática, basta con rememorar sus antecedentes de crecimiento a partir del siglo XX, y para ello mencionaremos algunas características descritas en su momento:

a) Juliaca en 1906: La historia ha registrado la existencia de un memorial fechado el 2 de mayo de 1906, y de allí podemos concluir que las principales características de Juliaca de dicha época son los siguientes:
• Las acémilas eran los medios de transporte de las mercaderías que traía el ferrocarril, con destino a las provincias de Puno la república de Bolivia.
• Doce trenes de Arequipa a Puno venían cada semana, conduciendo mercaderías y pasajeros.
• En la ciudad ya existían cómodos y confortables hospedajes, un moderno lavadero de lana, y su importancia comercial e industrial se expresaba en las casas importadoras y exportadoras de prestigio como las de Andrés Ratti, Antonio Turner, Julián Rivera, Mariano E. Núñez, Juan G. Velásquez, Roberto Álvarez, Poiré, Folezzani, Abarca, Zainz, Rubatto, Chávez, Cargas, Carpio, etc.
• Las firmas comerciales afincadas en Juliaca exportaban a Estados Unidos y Europa oro, plata, lanas de alpaca, oveja y vicuña, cueros de res y pergaminos, café, y otros.
• Ya había en la ciudad una imprenta, una botica, sastrerías, zapaterías, carpinterías, carnicerías, panaderías, etc.
• El distrito tenía comisario, gobernador, teniente gobernador, cuatro jueces de paz, concejo municipal, un párroco y dos escuelas fiscales.

b) Juliaca en 1917: En este año, por mandato del Concejo Distrital de Juliaca, se publica el folleto titulado “JULIACA, su progreso en 10 años, floreciente estado actual”; allí se consigna, entre otros aspectos, lo siguiente:
• El comercio regional, nacional e internacional continúa siendo de gran importancia. Con respecto a hace 10 años, el crecimiento económico ha crecido en una proporción de cinco veces.
• El progreso material ha seguido paralelo al económico.
• En Juliaca radican 3,000 habitantes en el área urbana y 13,000 en la rural.
• Las condiciones de higiene y salubridad son relativamente superiores al de casi la totalidad de los distritos del departamento.
• Funcionan dos escuelas fiscales, una de varones y otra de mujeres, con un total de 112 estudiantes matriculados. Y dos escuelas particulares con 100 estudiantes matriculados.
• Las principales calles ya están pavimentadas.
• Tiene un camal dotado de elementos necesarios e higiene y comodidad.
• El alumbrado de la plaza Grau se hace por 53 lámparas de kerosene.
• Se cuenta con el semanario “El Progreso”, que apoya todo esfuerzo en pro de la creación de la nueva provincia.

c) Juliaca en 1923: De los documentos que expone el escritor Dionisio Torres Juárez podemos concluir que la ciudad de Juliaca, en el año que referimos, seguía en la senda del progreso:
• Por su estratégica ubicación geopolítica la construcción del Cuartel ya estaba casi terminado, el mismo que ocasionó el aumento demográfico de la ciudad.
• La ciudad era el centro de comunicaciones de los ferrocarriles, telégrafos y de caminos.
• Ya estaban concluidos los edificios destinados a la práctica de tiro y tennis.
• La guerra europea, mejorando los precios de los productos, ha favorecido a los productores.
• Las condiciones de la ciudad de Juliaca la imponen como el centro de la más grande importancia del Sur de la República.
• Juliaca es una ciudad moderna con anchas avenidas, con edificios de tres y cuatro pisos.
• La población escolar sobrepasa el millar.
• La Casa Consistorial con todas sus oficinas y compartimientos ocupa un frente de la Plaza de Armas.
• Toda la ciudad ya tenía un buen servicio de alumbrado eléctrico.

d) Juliaca en 1955: Revisando el periódico “El Sol” del Cuzco de octubre de 1955, se concluye que la ciudad, entre otras, tenía las siguientes características:
• Una de las más importantes industrias de la provincia era la “Curtiembre Benique”, producía suelas, cueros estampados, badanas, calzados, guantes, cartapacios, etc.
• Contaba con seis fábricas de aguas gaseosas, tres fábricas de cal y yeso, fábricas de ladrillos y tejas.
• El comercio continuaba siendo próspero. También existía el comercio dominical en la plaza Santa Catalina y el de ganado en qocha pampa, y el de los lunes en la plaza Grau.
• La feria más importante del sur del país es el del 24 de setiembre.
• Para facilitar las transacciones comerciales existían el Banco de Crédito, Banco Popular y Banco Internacional del Perú, además los bancos de Fomento Agropecuario y el Banco Minero.
• Contaba con un campo de aviación que frecuentemente era visitado por aviones militares y de turismo.
• La ciudad ya contaba con servicio de taxis y camiones de transporte de carga. Fuera de la ciudad estaban los servicios de omnibuses.
• La importancia turística radicaba en la pesca deportiva de truchas que existían en sus ríos.
• Habían 160 aparatos telefónicos en funcionamiento.
• Existían tres hoteles de primera clase (Benique, Barrientos y Gran Hotel), varias pensiones y alojamientos, así como el cine teatro Flores y cine Juliaca.
• El aspecto urbano estaba representado por grandes edificios, en su mayoría de iniciativa privada.

II. CONSECUENCIAS DEL AUGE EXPLOSIVO:
Juliaca desde fines del siglo XIX, por inevitables leyes económicas, históricas y sociales, se había erigido como capital económica y comercial del altiplano y ya daba muestras de su adelanto y ventaja con respecto a otros pueblos del departamento de Puno. La presencia de la estación de ferrocarriles, la existencia de firmas comerciales de prestigio internacional, el desarrollo urbano con perfiles de modernidad, la fundación de instituciones artísticas, deportivas, literarias, periodísticas, educativas, etc. hicieron de Juliaca una ciudad de emergente prestigio; por eso en 1949 se decía que "Juliaca ha acelerado sus pulsaciones en los aspectos de su vida comercial, industrial, ornamental e institucional" y, que en la década del 50 se encontraba en un franco proceso de desarrollo integral.
A partir del 1940 el despegue de avance se acentúa, y por ello desde aquel año hasta 1963, la población se multiplicó en casi un 400%, ubicándose así dentro de los núcleos urbanos que más ha crecido en el Sur de la República en aquellas dos décadas, constituyéndose de esta manera en la quinta ciudad en volumen de población de los seis departamentos del Sur.
Todo crecimiento genera múltiples problemas, los mismos que no son sino retos a la iniciativa y la creatividad.
Luego de la crisis de 1965, a partir de la década de 1980 la ciudad experimentó otras sensaciones, asociadas al crecimiento desproporcionado demográfico y urbano, que cambió radicalmente el rostro de Juliaca, así hoy tenemos nuevos desafíos, como la sorprendente y explosiva presencia masiva de medios de comunicación social (prensa, Tv. y radio), medios de transporte motorizados y no motorizados, comercio informalizado, inseguridad ciudadana, etc. los mismos que traen consecuencias sociales y urbanas negativas como los siguientes:
• La abundancia de información de diversa índole genera desconcierto en la población mayoritaria, pero al mismo tiempo nos obliga a saber tomar decisiones.
• Los vehículos motorizados que se disputan la posesión de las calles con los triciclos, ocasionan un caos en la cultura vial.
• Contribuyen a esta anarquía urbana, el hecho que gran parte de los comerciantes e industriales ocupan las aceras, calles y plazas de la ciudad, poniendo en peligro la vida de los peatones.
• Este peligro se acentúa cuando el comercio informal tiene entre sus mercaderías material altamente peligroso como gasolina, explosivos y otros.
• La migración del campo a la ciudad y la escasa cultura cívica contribuyen a la insalubridad pública, convirtiendo muchas calles y plazas en letrinas y basurales que son potenciales núcleos de irradiación de enfermedades.
• Los problemas económicos, la ansiedad e inseguridad personal, los desequilibrios emocionales y la ausencia del sentido existencial, así como la carencia de orientación ética, originan la delincuencia, el desprecio por la vida y la práctica de actos de inmoralidad y corrupción en todas las esferas sociales.

Para superar esta problemática se requiere iniciativas sinceras de desarrollo integral con calidad de vida. Para ello el tema educativo, deportivo y cultural debe tener una prioridad fundamental. De lo que se trata es de lograr un cambio de actitud positiva en la población civil, se debe generar una autoestima ciudadana capaz de transformar al “pueblo grande” en una de las urbes más importante del sur del país.
Es deber de los gobernantes visionar el desarrollo de Juliaca con ética, y no acceder a los cargos transitorios con ambiciones personales que dañan y estancan el desarrollo de las sociedades.
18-10-2006